domingo, 23 de octubre de 2011

EL DEPORTE NACIONAL


Si se lanza esta pregunta al aire, posiblemente una gran mayoría, por no decir todos, de los que la contesten dirán que vamos a hablar de fútbol. Craso error. En absoluto podemos considerar que el fútbol sea el deporte nacional.

Desde un punto de vista del significado tendremos que el deporte nacional será aquel que practiquen una mayoría destacable y aunque es cierto que el fútbol es practicado por mucha gente existe un deporte que es practicado por la práctica totalidad del españolito, sin distinción de raza, sexo, edad o...clase social. Estoy hablando como no puede ser de otra forma del COTILLEO.
Efectivamente el cotilleo es el deporte nacional y no me vale que nadie diga que no se puede considerar un deporte al no ejercitarse ningún músculo, porque sino que me digan que es la lengua, o más bien, si no se ejercitan músculos al cotillear y mover "la sin hueso" como le dicen por aquí. Pues ni más ni menos que se ejercitan 17 músculos...hay es nada. Y si alguien no se lo cree le dejo un enlace de la Wikipedia para que se instruya leyendo sobre la lengua.

Pero vamos a dejarnos de historias y vamos a entrar en materia. El cotilleo se define según la RAE como acción y efecto de cotillear, es decir, contarse chismes o chismorreos entre varias peronas.

Lo bueno de este deporte es que se puede practicar sin importar la edad de los que lo practican e incluso, dentro de unos límites bastante amplios, no es importante la diferencia de edad entre los contrincantes, aunque lo normal es que los contrincantes se encuadren dentro de cierto tramo de edad.

Contrariamente a lo que se piensa de los deportes en cuanto a que todo son beneficios, en el caso de este, esta afirmación no es del todo cierta, ya que casi siempre producirá perjuicios a alguien que normalmente no es ninguno de los practicantes del evento.

Cotillear es sumamente fácil, no se precisa entrenamiento alguno, aunque es recomendable tener cierto grado de mala leche para que el cotilleo joda lo máximo posible, porque, partimos de una premisa importante y es que la mayor parte de los chismes son totalmente falsos o bien en una alto porcentaje de su contenido faltan descaradamente a la verdad y si tenemos en cuenta que los chismes van siempre hacia o contra personas físicas es evidente el daño que se puede hacer con los mismos. A esto tenemos que añadir que el cotilleo siempre será con intención negativa...negativísima, por lo que poco queda que decir sobre ello.

Una curiosidad añadida a esto de los cotilleos es que muchas veces el cotilla cumple con todos y cada uno de los aspectos que describe en el chisme, quizás sea por eso que está el dicho de que vemos la paja en el ojo ajeno pero no vemos la viga en el propio.

Lo malo de todo esto es que cuando el cotilleo se convierte en costumbre puede levantar calumnias muy serias y que pueden llegar a afectar a personas. Esto, en el lugar donde vivo es bastante común y existen verdaderos expertos (casi catedráticos del cotilleo) que disfrutan haciéndolo sin pararse a pensar en las consecuencias que ello tiene. 

Lo peor es que el ambiente que se crea, que entre los vecinos del pueblo ya es bastante tirante hace que la gente esté tirante y salte a la mínima, eso si, nadie deja de cotillear.

Y si ya entramos en un nivel profesional solo tenemos que encender la TV para ver la "liga" de cotilleos con programas que registran algunos de los mayores niveles de audiencia de España (no los voy a nombrar porque me niego a hacerles publicidad gratuita) y en los que sus participantes son de los mejores pagados del mundo del espectáculo. Estas dos cosas son de las que más me cabrean cada vez que sale el tema de conversación o veo alguna de sus caras en la TV o en la prensa, lo que normalmente es a diario.

El caso es que este deporte, practicado por todo el mundo alguna vez en su vida, es el exponente más grande de la envidia, la hipocresía y el egoismo de la gente que nos rodea. Y si me fijo en el ámbito de mi pueblo esto es ya claro como la cal con la que se pintan las paredes de las casas. Si puedo joder al de al lado inventándome algo lo hago y cuanto más gordo mejor.

Y si encima de todo esto mezclamos la crítica con la política de la mano de politiquillos de tres al cuarto, mejor apagamos y nos vamos, no sea que nos salpique parte de la mierda que suelen lanzar por las bocazas que acostumbran a llevar.

Es una pena que seamos tan idiotas y en lugar de alegrarnos de lo bueno que le pase a otros lo único que hagamos sea reconcomernos por dentro de envidia. Patético.

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