Se suele decir que el saber no ocupa lugar, pues bien, en las próximas líneas voy a demostrar empíricamente que ese dicho es falso.
Los datos de partida son los siguientes:
- Mi hija, de 8 años y que este año le toca hacer 4º de primaria.
- La mochila de mi hija.
- Las cosas que mañana debe llevar a clase colgadas de la espalda (evidentemente dentro de la mochila).
Paso 1:
Pesar a mi hija: Resultado 43,100 kg
Paso 2:
Pesar a mi hija con la mochila colgada: Resultado 51,300 kg
Paso 3:
Restar el paso 2 - paso 1: Resultado 8,200 kg
Conclusión:
El saber SI ocupa lugar, tiene volumen, peso y masa.
Lo que creo que no es admisible es que niños de 8 años (y más pequeños) tengan que transportar a diario este peso de su espalda cuando están en una de las edades en las que su crecimiento, y por tanto el de su columna vertebral, es más delicado.
Se ve que hay muchísima preocupación por los daños psicológicos que una regañina de un maestro puede hacer a nuestros hijos, pero la preocupación porque nuestros hijos queden lisiados de por vida parece ser muy pequeña o más bien completamente nula. Queda claro que el interés de la administración en este sentido es que los lisiados no estén locos (modo irónico)
Se vende con bombo y platillo por parte de la Junta de Andalucía que se están dando ordenadores portátiles a los alumnos a partir de 5º curso, lo que me parecería perfecto sino fuese porque estos chavales también tienen que ir cargados con la mochila llena de libros. ¿Dónde está entonces la ventaja?
Si quieren gastarse el dinero en ordenadores para los escolares perfecto, pero gastárselo también en libros me parece una idiotez cuando hoy día existen medios para realmente aprovechar esos ordenadores como libros de texto.
De esta forma los alumnos solo tendrían que llevarse el ordenador, quizás un cuaderno, un estuche y aquellos elementos que no se puedan sustituir, como son los que usan en música, plástica o educación física, ¿pero libros?
Ah...y además cuidamos el medio ambiente.
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