Debido a mi trabajo para una administración local tengo la enorme desgracia de tener que lidiar prácticamente a diario con políticos de todos los colores y con las formas de pensar más dispares entre si, ojo, incluso dentro de un mismo partido.
Esto me hace vivir situaciones de lo más variopintas y en las que sale a relucir la curiosa enfermedad que afecta a una alto porcentaje de los políticos que conozco y he tratado. A riego de equivocarme he de suponer que esta enfermedad debe ser una especie de epidemia que afecta en general a los políticos a todos los niveles. Todavía no he encontrado, y he buscado mucho, ninguna designación para esta enfermedad, aunque los síntomas que presenten son bastante claros y muy fáciles de identificar.
Yo he decidido ponerle nombre, como no podía ser menos en latín y la he llamado morbi aliquet.
Uno de los principales síntomas que se presente es el AFAN DE PROTAGONISMO. Este consiste en querer ser siempre el centro de atención, dándoles igual si están en el gobierno o no, el caso es acaparar el protagonismo absoluto allí donde estén y con independencia de quien esté presente. Este síntoma, a veces se presenta en forma de un tono elevado y que la persona que lo padece es incapaz de controlar o de bajar su volumen. Como es lógico esto da lugar a situaciones que rayan la altanería, el bariobajerismo y la mala educación y cuando va pasando el tiempo y el afectado por la enfermedad se da cuenta comienza a utilizar en su propio beneficio. ¿Cómo? Muy sencillo, aprovechando su elevado tono de voz no deja hablar a nadie, solo habla él (o ella), lo que acentúa el síntoma del afán de protagonismo.
Las consecuencias de este afán de protagonismo dan lugar a un efecto secundario o bien otro síntoma, que se produce en poco tiempo que es denominado SORDERA ANTE EL CIUDADANO. Da igual lo que un ciudadano le diga al político enfermo, es como si se lo dijese a un gato de escayola...no se entera ni tiene interés en hacerlo.
Pero continuemos con los síntomas para que aprendamos a detectar a estos políticos que intentan arruinarnos la vida. El siguiente síntoma que comentaré es la PREPOTENCIA. El político cree estar en posesión de la verdad tanto frente a sus iguales como ante cualquier empleado público o cualquier ciudadano. Para comprender este síntoma solo tenemos que buscar en youtube cualquier pleno de un ayuntamiento o cualquier debate sobre el estado de la nación. Una vez que veáis un par de minutos comprenderéis este síntoma sin mayor problema.
Por supuesto a un político le da igual que tú, un humilde técnico de un oscuro despacho municipal le adviertas sobre las consecuencias de hacer alguna cosa, se hace y punto, que para eso él es el concejal. Así nos va.
Lógicamente esta prepotencia tiene como resultado que en cualquier debate político entre políticos afectados por la enfermedad nunca se lleguen a soluciones reales a los problemas que se tratan, simplemente son un enfrentamiento en el cual debido a la enfermedad, la capacidad de lógica y raciocinio de los debatientes queda reducida a cero (0).
Las consecuencias de padecer esta enfermedad son desastrosas, sobre todo en los tiempo de crisis que corren actualmente y que mantienen bloqueados cualquier intento por mejorar, una veces por parte de unos y otras por parte de otros.
La cura para esta enfermedad es, actualmente, desconocida, aunque hace 222 años, en 1789, en Francia, pusieron en práctica un tratamiento experimental con resultados esperanzadores, si bien algo debió fallar ya que no se ha extendido su uso.
Se trataba de un tratamiento basado en cirugía y que denominaron GUILLOTINA.

Quizás habría que volver a experimentar a fin de buscar un tratamiento adecuado. ¿no os parece?
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